Repudio a la violencia contra las mujeres
En la provincia de San Luis el partido Todos Unidos que conduce el senador provincial Adolfo Rodríguez Saá ayer emitieron el siguiente comunicado:
Recientemente nuestra Provincia se ha adherido a la Ley 27.501 para la lucha en contra del acoso callejero, como se la conoce popularmente, o la “Violencia contra las mujeres en el espacio público” como se la denomina en la ley. Habiendo luchado desde cada lugar que nos tocó, por cada una de las leyes en favor de la mujer, por eso celebramos profundamente la adhesión de la Provincia de San Luis a estas y otras leyes.
Ahora también debemos decir que estas leyes no pueden garantizan por sí mismas el fin de la violencia contra las mujeres, si no va acompañada de la erradicación de las conductas y actitudes violentas o despectivas por parte de la sociedad, conductas que, aunque la mayoría de las veces tienen como protagonistas a los varones, también las mujeres a veces encarnan.
Hoy todo lo vinculado a la violencia contra las mujeres, en particular dos de sus manifestaciones como lo son el abuso sexual y la violencia política, están en boca de muchos los ámbitos de nuestra provincia. Y nos parece que es bueno arrojar luz sobre esta cuestión, porque no todo es lo mismo y a veces se puede generar confusión.
Todos los avances que hemos logrado las mujeres en el reconocimiento de nuestros derechos, y en particular el cambio de paradigma social en el que la violencia de la que somos víctimas ya no es –como lo era antes- algo que debemos ocultar o maquillar, algo de lo que “no se habla” sino que lo podemos visibilizar y luchar abiertamente para su erradicación, es fruto de esfuerzos transversales a todos los sectores del espectro político. Es uno de los pocos casos en que las diferencias partidarias se dejaron de lado, para luchar contra un enemigo común, la violencia.
Justamente a raíz de ello, para que esto sea un verdadero cambio y freno, no debemos dejar que las rivalidades partidarias empañen nuestra visión global de los problemas que atravesamos las mujeres día a día. La aplicación de los mecanismos de lucha contra la violencia de la que somos víctima debe hacerse independientemente de quién sea el agresor.
Porque si ante un agresor, que es además adversario político, debemos ser implacables en la persecución, pero por otro lado se tolera, dejamos pasar, miramos para el costado o incluso encubrimos a alguien que también agrede, con palabras o con hechos, pero que es del mismo signo político, no estamos teniendo sororidad ante el sufrimiento o la denigración de la mujer víctima.
Y aquí no nos referimos solamente a violencia física, sino también a la violencia política de la que somos víctimas las mujeres. Y hasta me atrevería a llamarlo “Acoso Político”. Porque cuando el adversario es “una adversaria”, mujer, se la denigra y descalifica con una virulencia encarnizada que no sucede con el adversario varón. Recordamos cuando el año pasado el Gobernador dijo que las compañera diputadas nacionales le habían “prestamos el culo a Macri” con ocasión de asistir al tratamiento del Presupuesto al que votaron en negativo. Claro que nos dolieron esas palabras pero mas nos dolió el entusiasta aplauso de algunas mujeres ante esos dichos. Pareciera que con los hombres en política, el disenso o al estar “del otro lado” se tolera y hasta se respeta mucho más que cuando se trata de una mujer ¿Acaso tenemos menos derecho a disentir, o si lo hacemos debemos además juntar una cuota extra de coraje, porque debemos aceptar como “natural” que seremos objeto de descalificaciones y groserías, que no se dicen respecto de los varones en similares circunstancias? ¿Qué mensaje más contradictorio no estamos dando? Por eso decía al principio que no basta sólo con leyes sino que debemos erradicar actitudes. Tanto de varones como de mujeres.
Queridas compañeras de lucha, de todos los espacios políticos, si no dejamos de lado la parcialidad no estamos siendo solidarias entre nosotras. No somos parte de la solución, sino del problema. Empeoramos las cosas porque estamos haciendo un uso político de las cuestiones de género, y lucrando políticamente con el sufrimiento ajeno, pero del que en cierto modo, todas somos víctimas porque nos ha tocado, o nos puede tocar, alguna vez en la vida.
Al “Ni una menos” debemos sumar el “No somos menos”. Mujeres de Todos Unidos: Ivana Bianchi, Teresa Lucero, Victoria Rosso, Berta Arenas, Cristina Ferreyra, Teresa Coppolino, Maria Laura Rodriguez, Paola Barrionuevo, Lucrecia Soria, Gisela Palacios, Maria Celia Poggio, Stella Acosta, Sandra Altamirano, Stella Maris Lobos, , Alicia Arrieta, Griselda Arenas, Livia Mabiel Coria, Mariana Corti, Alejandra del Rosario Garro, Liliana Garro, Maria Ibañez, Maria Belen Leiva, Vanesa Lucero, Marianella Mallea, Ana Paula Moyano, Dora Lucero, Maria José Moreno, Nancy Cristina Parente, Griselda Quiroga, Stella Saccone, y continúan las firmas…
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